“Por suerte gracias a Dios no me mataron, porque tengo un Ángel que me cuida desde cielo. A eso de las 8 de la noche sufrí un asalto muy violento, ya es la segunda en dos meses. Este fue mucho más violento porque el tipo me gatilló dos veces y no era mi hora todavía. Ya me había sacado la cartera violentamente y no conforme, el malviviente me pedía el celular, cual no tenía. Le suplique que me soltara, que no llevaba celular. Me rompió la cabeza con la culata del revólver, me llené de sangre mi rostro, corri hasta la casa de mi mamá. Esto ocurrió en Barrio Santa Julia, Pontevedra. Dos tipos de unos 25 años, 1.70, piel trigueña, cabello castaño. Al otro no lo pude ver porque lo esperaba unos metros atrás. Los dos estaban armados Tengan cuidado. Salieron x Ruta 21 y andaban alrededor de la escuela 37. Estaban muy drogados. La vida de una persona para ellos no vale nada. Hoy lo puedo contar. Me duele perder mi poquita plata, pero gracias a Dios estoy viva”.
